miércoles, 15 de agosto de 2012

Transcripción del libro


¿Dónde está Dios?

Las SS colgaron a dos hombres judíos y a un joven delante de todos los internados en el campo. Los hombres murieron rápidamente. La agonía del joven duró media hora.
¿Dónde está Dios? ¿Dónde está?, preguntó uno detrás de mí. El joven seguirá sufriendo colgado del lazo. Oí otra vez al hombre exclamar: ¿dónde está Dios ahora? En mí mismo escuche la respuesta:¿ Dónde está? Aquí… Dios está ahí colgado del patíbulo. Confesión de Elie Wiesel sobreviviente de Auschwitz. Sí, Dios está en los que sufren, víctimas de una violencia generada por el hombre que abusa de su libertad .
No hay que dudar de Dios por el mal. Acaso del hombre y, para ser justos, sólo de algunos hombres. Dios estaba en el empobrecido y el torturado. Dios está también en el justo del bondadoso. Incluso está en el malo, aunque él no lo sabe. El mal se disipa si nos dejamos guiar por el.

Testimonio de un ciego

Hace unos veinte años, cuando aún no me acostumbraba a ser ciego, mi hija menor medida el mejor aliciente: Papi, ¿me haces un telescopio?, Me dijo un sábado.
Era una petición difícil. Le expliqué que no tenía lentes. Pero, agregue arriesgando me, si vas al pueblo y compras un par de espejos pequeños, te hago un periscopio. Fue y los trajo antes de que pudiera arrepentirme. Con cartón y cinta adhesiva, el periscopio quedó listo. Poco más tarde, Susan demostraba su nuevo juguete a un amiguito: me lo hizo mi papá, le dijo sin presunción. ¿te lo hizo tu papá? Preguntó el chico con incredulidad.
Ansiosamente esperan la respuesta de mi hija, a la sazón de once años. Sí, él me lo hizo, repitió. Y luego añadió siete palabras que para mí pusieron el mundo es un lugar: es ciego, pero no de las manos.

Un gran pintor

El pintor Marc Chagall, el más audaz colorista de nuestra época, solía decir: “ el día que no trabaje, moriré”. Se equivocó; a los 97 años se desplomó el suelo y murió al salir de pintar. Autorretrato su estudio.
Como la mayoría los grandes hombres conoció la pobreza y sobresalió a base de lucha y tenacidad. Poco dinero había su familia judía para nueve hijos. A los 20 Marc se puede A San Petersburgo. Allí vivió de limosnas y dormido en hoteluchos mientras estudiaba pintura. Después se instaló en parís. Su obra está impregnada de un profundo sentido religioso; refleja su Fe en la sagrada escritura.
Sus ventanales en la catedral de Reims unen armoniosamente el antiguo y el nuevo testamento. Un conjunto de pictórico que presagia la bosnia religiosa que todos debemos fraguar.

Semáforo en rojo

Semáforo en rojo para reflexionar. Te hace bien de tenerte a meditar para conocerte mejor y cambiar. El semáforo en rojo para el viaje más útil: el viaje al mundo interior, el ámbito un del espíritu. Alto en el camino para recapacitar, corregir errores y no porfiar con terquedad en actitudes nocivas.
En el tráfico de la vida es sabio quien reorienta su sendero y se liberan de lastres fatigosos. Semáforo en rojo para lo que la Biblia llama conversión: volver con amor a Dios y el Hermano. Cambio positivo que algunos dan ante la muerte o una grave enfermedad. Hazlo tu sin sufrir una grave crisis.
Las pausas para recapacitar son tan necesarias como parar un auto para hacerle mantenimiento. Los antiguos pasaban temporadas en el desierto para meditar, sosegar se y buscar la paz del corazón. ¡Detente!¡Reflexiona!¡Cálmate!

Educar es estimular

“Elton más grande que podemos hacer a otros, no es compartir con ellos nuestra riqueza, sino hacerles descubrir la propia” Desraeli. Excelente misión para los Padres y los educadores.
Nos morimos en usar la mayoría de los dones. Motivar a los demás a que sea amen y no se menosprecien en impulsar hacia el éxito. Jesucristo tuvo como uno de sus temas predilectos el buen uso de los talentos recibidos. Quien se valora y cultiva sus dones no cae en la lesiva tentación de la envidia. Educar es estimular a los demás a rendir al máximo con sus aptitudes. Despertar la creatividad. Ayudar a los otros a estimarse y a fructificar con sus capacidades.
Quien ama elogia sin celos. El egoísta frena y crear relaciones dependientes que anulan. Dice: te quiero para que me hagas feliz. Sí amas: ¡te quiero para hacerte feliz!