¿Dónde está Dios?
Las SS colgaron a dos hombres judíos y a un joven delante
de todos los internados en el campo. Los hombres murieron rápidamente. La
agonía del joven duró media hora.
¿Dónde está Dios? ¿Dónde está?, preguntó uno detrás de
mí. El joven seguirá sufriendo colgado del lazo. Oí otra vez al hombre
exclamar: ¿dónde está Dios ahora? En mí mismo escuche la respuesta:¿ Dónde
está? Aquí… Dios está ahí colgado del patíbulo. Confesión de Elie Wiesel sobreviviente
de Auschwitz. Sí, Dios está en los que sufren, víctimas de una violencia
generada por el hombre que abusa de su libertad .
No hay que dudar de Dios por el mal. Acaso del hombre y,
para ser justos, sólo de algunos hombres. Dios estaba en el empobrecido y el
torturado. Dios está también en el justo del bondadoso. Incluso está en el
malo, aunque él no lo sabe. El mal se disipa si nos dejamos guiar por el.
Testimonio de un ciego
Hace unos veinte años, cuando aún no me acostumbraba a
ser ciego, mi hija menor medida el mejor aliciente: Papi, ¿me haces un
telescopio?, Me dijo un sábado.
Era una petición difícil. Le expliqué que no tenía
lentes. Pero, agregue arriesgando me, si vas al pueblo y compras un par de
espejos pequeños, te hago un periscopio. Fue y los trajo antes de que pudiera
arrepentirme. Con cartón y cinta adhesiva, el periscopio quedó listo. Poco más tarde,
Susan demostraba su nuevo juguete a un amiguito: me lo hizo mi papá, le dijo
sin presunción. ¿te lo hizo tu papá? Preguntó el chico con incredulidad.
Ansiosamente esperan la respuesta de mi hija, a la sazón
de once años. Sí, él me lo hizo, repitió. Y luego añadió siete palabras que para
mí pusieron el mundo es un lugar: es ciego, pero no de las manos.
Un gran pintor
El pintor Marc Chagall, el más audaz colorista de nuestra
época, solía decir: “ el día que no trabaje, moriré”. Se equivocó; a los 97
años se desplomó el suelo y murió al salir de pintar. Autorretrato su estudio.
Como la mayoría los grandes hombres conoció la pobreza y sobresalió
a base de lucha y tenacidad. Poco dinero había su familia judía para nueve
hijos. A los 20 Marc se puede A San Petersburgo. Allí vivió de limosnas y
dormido en hoteluchos mientras estudiaba pintura. Después se instaló en parís.
Su obra está impregnada de un profundo sentido religioso; refleja su Fe en la
sagrada escritura.
Sus ventanales en la catedral de Reims unen
armoniosamente el antiguo y el nuevo testamento. Un conjunto de pictórico que
presagia la bosnia religiosa que todos debemos fraguar.
Semáforo en rojo
Semáforo en rojo para reflexionar. Te hace bien de
tenerte a meditar para conocerte mejor y cambiar. El semáforo en rojo para el
viaje más útil: el viaje al mundo interior, el ámbito un del espíritu. Alto en
el camino para recapacitar, corregir errores y no porfiar con terquedad en
actitudes nocivas.
En el tráfico de la vida es sabio quien reorienta su
sendero y se liberan de lastres fatigosos. Semáforo en rojo para lo que la
Biblia llama conversión: volver con amor a Dios y el Hermano. Cambio positivo
que algunos dan ante la muerte o una grave enfermedad. Hazlo tu sin sufrir una
grave crisis.
Las pausas para recapacitar son tan necesarias como parar
un auto para hacerle mantenimiento. Los antiguos pasaban temporadas en el
desierto para meditar, sosegar se y buscar la paz del corazón. ¡Detente!¡Reflexiona!¡Cálmate!
Educar es estimular
“Elton más grande que podemos hacer a otros, no es
compartir con ellos nuestra riqueza, sino hacerles descubrir la propia” Desraeli.
Excelente misión para los Padres y los educadores.
Nos morimos en usar la mayoría de los dones. Motivar a
los demás a que sea amen y no se menosprecien en impulsar hacia el éxito.
Jesucristo tuvo como uno de sus temas predilectos el buen uso de los talentos
recibidos. Quien se valora y cultiva sus dones no cae en la lesiva tentación de
la envidia. Educar es estimular a los demás a rendir al máximo con sus aptitudes.
Despertar la creatividad. Ayudar a los otros a estimarse y a fructificar con
sus capacidades.
Quien ama elogia sin celos. El egoísta frena y crear
relaciones dependientes que anulan. Dice: te quiero para que me hagas feliz. Sí
amas: ¡te quiero para hacerte feliz!